Maldivas es una experiencia única, difícil de describir. Es un lugar para disfrutar con los cinco sentidos y dejarse llevar. El país insular menos poblado de Asia es una obra maestra de la naturaleza. El archipiélago, en medio del océano Índico, es de origen coralino, una bellísima excepción de la que presumen solo el 5% de las playas de todo el mundo. Por eso empezarás a disfrutar de tu luna de miel desde el aire, contemplando a simple vista el espectacular paisaje que forman los anillos de coral, mientras llegas en hidroavión a la isla elegida para vivir tu experiencia.
Las playas, de arena fina y blanca -¿cómo no?-, son tan hermosas que a ellas se acercan hasta las palmeras cocoteras, postrándose en un intento desesperado por bañar sus hojas en sus aguas de fantasía. El cocotero es el árbol nacional en Maldivas. Poco más que destacar de su flora terrestre. Sucede lo mismo con la fauna en la superficie pero su diversidad marina es impresionante, con una significativa colección de especies de tiburón: el gigante e inofensivo tiburón ballena –el pez más grande del mundo-, el pacífico tiburón de puntas negras, el peligrosísimo tiburón de puntas blancas, el tiburón gris, el martillo y el cebra.
Dormir bajo el agua
Podréis alojaros en una isla para vosotros solos, dormir en bungaló sobre el agua o cenar en el famoso restaurante sumergido del Hotel Conrad, bajo una cúpula de peces.
Todas las anteriores son experiencias de ensueño, sin embargo, no podéis regresar de Maldivas sin visitar la isla Vaadhoo. Solo en Vaadhoo el cielo estrellado se refleja en el mar. La playa del «mar de estrellas» ofrece un espectáculo único por las noches, olas de luz bañan la orilla. La magia es posible gracias a fitoplancton bioluminiscente. Cuando al anochecer baja la marea, muchos de los organismos que viven en estado de suspensión en el mar se asientan en la arena. Al entrar en contacto con el aire se produce una reacción química que genera la luz.
Vaadhoo está deshabitada pero todos los complejos turísticos facilitan las visitas, los lugareños ofrecen sus lanchas y también se puede optar por llegar en dhoni, la embarcación típica en Maldivas, construidas con la madera de los cocoteros. Pero, sin duda, la mejor opción es llegar buceando.
Hay múltiples opciones a la hora de hacer el viaje de novios o luna de miel. En otro post también te proponemos tu luna de miel en Tailandia.