Marilyn Monroe lo sabía: “Los mejores amigos de las mujeres son los diamantes”, cantaba en Los caballeros las prefieren rubias (1953). Y no nos cabe duda de que la rubia los lució en todas y cada una de sus cuatro bodas. Desde luego no hay que estar oxigenada para casarse siquiera una vez, pero lucir un buen diamante debería ser una condición obligada para dar el sí quiero.
¿Acaso no nos preocupa cumplir con tradiciones como llevar algo viejo, algo nuevo, algo azul y algo prestado? Pues desde aquí proponemos llevar diamantes, como símbolo de amor y pureza. Los griegos creían que eran lágrimas derramadas por los dioses y los romanos que eran fragmentos de estrellas, los diamantes no han pasado desapercibidos para ninguna civilización y no entienden de modas pasajeras, siempre son una garantía eterna de elegancia y glamour. Ya lo dice el significado de su nombre: “invencible”, “inalterable”.
Tú elijes cómo lucirlos porque no hay look que se resista a un buen diamante. Las joyas de una novia no acaban en el anillo de pedida y en las alianzas –también con diamantes engarzados-. Si te animas a invertir en pendientes, pulsera o gargantilla, te acompañarán el resto de tu vida, y siempre te recordarán el momento de tu unión a tu pareja.
Nuestra propuesta de anillos con diamante
Diamantes de laboratorio. Cuidando el medioambiente.
Los diamantes sintéticos ofrecen numerosos beneficios como una alternativa ética a los diamantes naturales. En primer lugar, son libres de conflictos, lo que significa que no están asociados con la explotación de personas o la financiación de conflictos armados. Esto hace que la compra de diamantes sintéticos sea una opción moralmente responsable.
Además, la producción de diamantes sintéticos es mucho más sostenible desde el punto de vista ambiental. La minería de diamantes naturales conlleva la destrucción de ecosistemas y la emisión de gases de efecto invernadero. En contraste, la producción de diamantes sintéticos se lleva a cabo en laboratorios controlados y puede ser impulsada por fuentes de energía renovable, lo que reduce significativamente su huella ecológica.
La transparencia también es una ventaja clave de los diamantes sintéticos. Su origen y autenticidad se pueden verificar fácilmente, lo que brinda a los consumidores una mayor confianza en la procedencia de sus piedras preciosas.
La calidad de los diamantes sintéticos es consistente y se puede controlar con precisión durante su producción. Esto significa que los compradores pueden obtener diamantes con las características exactas que desean, como claridad y color.
Además de ser éticos y sostenibles, los diamantes sintéticos son a menudo más asequibles que diamantes naturales de igual brillo y color, lo que los hace accesibles para un público más amplio.
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